Add parallel Print Page Options

11 »Yo soy tu Dios;
yo estoy contigo para salvarte.
Destruiré a todas las naciones
por las que te he dispersado.
A ti no te voy a destruir,
pero te daré el castigo que mereces.
Te juro que así lo haré».

12 Dios también le dijo a Jerusalén:

«Tu herida es una llaga
que ya no tiene remedio.
13 No hay nadie que te defienda;
no hay medicina que te sirva;
jamás volverás a estar sano.

Read full chapter